La Ría de Vigo

La ría de Vigo, en la provincia de Pontevedra, es la más meridional de las Rías Baixas gallegas.

El litoral de la ría de Vigo es muy recortado y se caracteriza por la sucesión de ensenadas y penínsulas. Aparte de la ya mencionada bahía de San Simón cabe desatacar la de Redondela en esta margen de la Ría, y la zona de marismas conocida como A Ramallosa. En el margen contrario de la ría se encuentran las de Barra, Liméns, Cangas y Moaña; estas penetraciones se combinan con pequeñas penínsulas como la de Montefero en Nigrán en el margen meridional, y en el otro margen el Cabo Home.

En las costas de la ría se suceden los numerosos arenales; más de un centenar adornan la ribera, que la hacen, si cabe, más atractiva para el turismo; en el margen septentrional destacan los de Xunqueira o de Moaña, Liméns, Barra o de Nerga entre otros, y en el meridional, concentrados entre Bouzas y Baiona, los de Samil, Playa América, Panxón o Patos.

En el área de Vigo hasta Rande los arenales fueron eliminados por las sucesivas ampliaciones del puerto; en el interior, pasando el estrecho, destaca el arenal de Cesantes. La aportación de agua dulce a la ría se conjuga con las aguas saladas del mar, y provoca un ciclo de corrientes y mareas favorables para el desarrollo del marisco y la vida marina. La ribera norte percibe agua de los ríos de la Fraga y el del Pontillón, mientras que en la sur los más importantes son el Verdugo-Oitaben, el Miñor, el de Groba y el Lagares.

La riqueza biológica de la ría de Vigo radica en el afloramiento de sus aguas. Con frecuencia se renueva el agua de la superficie con las frías y profundas del Atlántico que portan gran cantidad de nutrientes. La riqueza en recursos marinos de las aguas de la ría, tanto pesqueros como de marisqueo, puede explicar, en parte, la evolución histórica de la ciudad, siempre vinculada al mar y a sus industrias, y como consecuencia, el gran desarrollo urbano e industrial en los territorios de su ribera.

La ría es rica en pulpo, sardina, calamar, lenguado, crustáceos como la nécora o el camarón, y moluscos bivalvos como el berberecho, la almeja, la ostra y el mejillón. Estos dos últimos se cultivan en bateas, llegando las de mejillón a ser más de 500 en la ría y haciendo que sea la segunda, después de la de Arousa, en volumen de producción. Rodean la ría una serie de formaciones graníticas muy erosionadas, donde alguna de ellas llega a superar los seiscientos metros de altitud, como el faro de Domaio, el Galleiro y el Galiñeiro. Sus espacios naturales protegidos suponen un aliciente más para disfrutar de la naturaleza de la ría; son la ensenada de San Simón, las marismas de la Ramallosa, el cabo Home, las Islas Estelas y las Islas Cíes.


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