Las páginas de historia de las tierras donde hoy se asienta la ciudad de Vigo y su comarca están escritas desde las primeras huellas del hombre en Galicia.
En 1842 comienzan a prestar servicio las instalaciones del Lazareto de San Simón, que durante décadas serviría para acoger la cuarentena que se veían obligados a pasar todos los barcos procedentes de América que habían tenido como destino cualquier puerto peninsular. Su puesta en servicio fue el hecho que mayores repercusiones tendría sobre la actividad económica de la ciudad a lo largo de la primera mitad del siglo XIX. De esta excepcional etapa de la historia de Vigo se pode encontrar más información en el capítulo dedicado a la Isla de San Simón en páginas posteriores. Con la industria de la pesca y la salazón consolidadas, a mediados del siglo XIX comienza una joven etapa que impulsará al enclave vigués durante el resto de la centuria se instalan las primeras fábricas de conservas, aunque no sería hasta finales de siglo cuando conseguirían un importante grado de desarrollo; esta bonanza económica traerá cómo inmediata consecuencia el definitivo despegue demográfico de Vigo. Otro gran hito en la historia de la ciudad fue la inauguración de línea férrea Vigo-Ourense en 1881, con el que quedaba asegurada la conexión con la meseta y la apertura de este mercado a los productos vigueses.
Fundamental para la economía viguesa son los procesos migratorios que tienen su centro en Vigo; este puerto será el punto de partida de la emigración gallega hacia América, aunque también, una buena parte del contingente migratorio, quedará en la ciudad aprovechando las nuevas oportunidades de la naciente industria viguesa. A finales de siglo las principales actividades económicas de Vigo y su comarca son la industria conservera, los astilleros y las actividades de consigna y transporte marítimo. Pero es alrededor de la actividad conservera donde se van desarrollando otro tipo de industrias complementarias: fábricas de envases y litografiado, fundiciones y talleres mecánicos o fábricas de hielo. En 1907 Galicia elabora el 59% de la producción nacional de conservas, siendo Vigo la principal ciudad productora de la península. Fruto de esta buena coyuntura económica, nacen la Caja de Ahorros de Vigo y el Banco de Vigo.
A medida que el siglo XX avanza, se produce la anexión de los municipios limítrofes de Bouzas y Lavadores, y aunque trae un importante crecimiento demográfico y de extensión de Vigo se agravan las deficiencias estructurales de los servicios con los que cuenta la ciudad. Así que en 1904 se establece el servicio de abastecimiento de aguas en la ciudad con la Sociedad Anónima de Abastecimiento de Aguas a Vigo; y aunque el tendido eléctrico ya se había instalado en las principales calles de la ciudad en el cambio de siglo, recibe un impulso fundamental cuando en 1907 se crea la sociedad La Electra Popular de Vigo y Redondela.
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